Los objetos más sorprendentes hechos con una impresora 3D
Las impresoras 3D han llegado para conquistar el mercado.
Más allá de los prototipos y las maquetas en los que se ha estado aplicando esta tecnología en los últimos años, estas sofisticadas impresoras tienen un futuro prometedor que cambiará muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.
En el campo de la salud y la biología las impresoras 3D han irrumpido con fuerza. Los investigadores de todo el mundo encuentran nuevas aplicaciones para esta tecnología constantemente.
Desde prótesis que se adaptan a la fisionomía del paciente hasta órganos humanos. Sí, no es ciencia ficción. La empresa Organovo, por ejemplo, ya imprime hígados a partir de células hepáticas con resultados que prometen revolucionarlo todo.
Por supuesto, se abre también la veda en el sector de los bienes de consumo. Joyas, muebles, instrumentos musicales… La empresa 3D print canal house ha logrado hasta imprimir una casa en Ámsterdam.
La impresión 3D es una vía rápida y barata para la producción de objetos. ¿Un juguete para tu hijo? Pues lo imprimes descargando el archivo de Internet. Por otra parte, puede ser muy interesante para el autoconsumo y para la filosofía do it yourself (hazlo tu mismo).
Un equipo de la Universidad Tecnológica de Michigan están trabajando en una máquina capaz de convertir los residuos domésticos que contienen plástico en material para las impresoras 3D. Filabot, que así se llama el invento, todavía está siendo desarrollado y perfeccionado, pero las posibilidades de futuro son inmensas.
Como con cualquier tecnología, con las impresoras 3D también hay lugar para la excentricidad. Es el caso de un prototipo de pistola que se puede descargar gratis en Internet, totalmente operativo y mortal, y que alarmó a la opinión pública. El mundo entero comprendió en un instante las posibilidades, para bien y para mal, que nos ofrece esta tecnología.
También llama la atención la iniciativa de Fasotec, una empresa japonesa que, a partir de una ecografía de alta resolución, es capaz de imprimir en 3D los fetos, respetando los volúmenes y las texturas. La reproducción del nonato, de unos 10 cm de altura, cuesta alrededor de los 900 euros.
Coches, obras de arte, prendas de vestir, comida, robots… Esta tecnología tiene mucho recorrido por delante y aquí os mostramos algunos ejemplos de objetos impresos en 3D.