Latam
20 /10 / 2016

La impresión 3D como herramienta de diseño

Cuando pensamos en la impresión 3D vienen a nuestra mente revolucionarias manos biónicas, descomunales hogares impresos con todo tipo de filamentos insólitos y un sinfín de juguetes y objetos decorativos de simpáticas formas.

Aún así, ha irrumpido con fuerza en ámbitos que a priori no relacionaríamos con esta técnica, tales como el automovilismo, el mobiliario o la moda. Lo que comenzó como una colaboración de tintes exóticos ha pasado a una estrecha vinculación que se traduce en sorprendentes e innovadoras creaciones que han producido un ajuste a la hora de interpretar dichos artes. Y esto sólo acaba de comenzar.

A día de hoy el diseño 3D y la alta costura van de la mano. La constante evolución de esta tecnología ha traído consigo sorprendentes propuestas a un mundillo que ha recibido con expectación a este nuevo instrumento de creación. La primera piedra la colocó la diseñadora israelí Danit Peleg, que con una rudimentaria impresora casera de 3D presentó una colección compuesta de cinco outfits merecedora de numerosas loas y gratificaciones. Lo que la entonces joven y soñadora creadora desconocía es que estaba abriendo una senda que está arribando a lugares insospechados. Ya vemos como algo normal ver a modelos luciendo bisutería y demás complementos  sobre la pasarela y la tendencia es que acabemos llevando en nuestro día a día vestimentas moldeadas en 3D.

Lejos del glamour de la alta costura también es posible vestirse con alta tecnología, por ejemplo, en una pista de atletismo. Todas las grandes firmas, véase Nike, Under Armour o New Balance, han lanzado al mercado calzado o suplementos confeccionados con filamentos destinados a mejorar la comodidad y efectividad del atleta.  Rebook ha puesto en marcha el proyecto Checklight, cuya misión principal es crear un casco de mayor seguridad para los jugadores de fútbol americano.

Si usted es de esos que vislumbra con hastió el mismo mobiliario sueco en todos los hogares que visita no se preocupe, que la impresión 3D está aquí para salvarle. Para bien o para mal la filosofía low cost no tiene visos de desaparecer en un futuro cercano, pero existen otras alternativas para decorar su habitación, tales como armarios, mesas u objetos impresos en 3D que no tienen nada que envidiar a los cachivaches de toda la vida. Poco a poco están surgiendo pequeñas empresas que fundamentan sus diseños en tres dimensiones y no mueren en el intento de hacerse un hueco en un sector tan complejo y de competencia voraz. La baza artística, casi inapreciable en el mobiliario actual, es su principal arma para elaborar un catálogo que hace y harás las delicias de los amantes de los cosas hechas con mimo.

La industria automovilística, una de las puntas del tridente de la innovación tecnológica, está inmersa en una pequeña revolución gracias a las novedades que aporta la impresión 3D. La escasez de ideas realmente sorprendentes y a su vez efectivas ha provocado un cambio de prisma que no ha dudado en poner el foco sobre el 3D. En pleno 2016 no es una utopía pensar en automóviles impresos en gran parte por estar impresoras del futuro. Es más, ya se han visto los primeros modelos que, eso sí, todavía no están disponibles para el gran público. Hace dos años conocimos Strati, el primer coche elaborado totalmente con materiales impresos en 3D, precursor de modelos futuristas como el fascinante Vision Next 100 de BMW, cuyos conceptos principales se esbozan en 4D.

Las virtudes de esta revolucionaria técnica no se ciñen únicamente a la manufacturación de autos y demás modelos de transporte. Los antaño laboriosos y complejos procesos de fabricación se verán beneficiados de una herramienta que producirá menos residuos y condenará las célebres cadenas de montaje al ostracismo.